Auto proclamarse como el presidente del Gobierno más transparente de la historia de Guatemala o decir abiertamente ante la prensa internacional que no hay señalamientos de corrupción en su contra, pedir al Gobierno de Ortega en Nicaragua que cese la persecución política, y demás falsedades de un mitómano en el poder, que con palabras cree que puede tapar su incapacidad, su falta de seriedad para gobernar, su indiferencia por los conciudadanos que tanto manda a bendecir, no Presidente usted no puede tapar el sol con un dedo, ni tampoco darle atol con el mismo dedo a ese grupo de ciudadanos que lo fiscaliza, que es la piedra en su zapato y el de sus compinches, ni mucho menos crea que la prensa internacional se traga sus cuentos, más bien se están quemando sus cartuchos si no cambia la dirección de sus políticas de gobierno se va a hundir y pagará con creces las consecuencias.
Jugar con la salud de las personas es indignante, un pecado quizás, aunque acaparar dinero ilícito a manos llenas les haga olvidarse de los castigos celestiales cuando aquí en la tierra se puede disfrutar de placeres en exceso con las chicas sudamericanas VIP, a costa de la muerte de niños por desnutrición, de ancianos con enfermedades de todo tipo que no tienen comida en la mesa, a costa del colapso de los centros médicos de todo el país, es una locura lo que tratan de ocultar, y ocultar la verdad también entra como mentira, es un mitómano mi Presidente, yo no voté por él, pero llegó a ser mi Presidente, es un ladrón mi Presidente, un portador del más alto baluarte de la Cleptocracia, que sigue llenando como el peor de los dictadores que ha parido este país, un perfil tan burdo que estoy seguro en el fondo hasta él mismo se avergüenza de verse tan diferente como lo era en campaña cuando era un ciudadano más.
A 15 meses ya del anuncio del primer caso de covid-19 en Guatemala, a vista del mundo somos un país que sigue estancado en el lodo de la corrupción, con el motor apagado, sin ver una esperanza realista en los próximos días, los que tienen la llave para encender el motor y avanzar se niegan mientras son los únicos en la cabina resguardados y hartándose a costa de los que viajan en la parte de afuera que se mueren de hambre y frío, los pocos que tratan de empujar el vehículo con banderas guatemaltecas, se están cansando y afuera comienza a llover.
Porque como lo dijo Storm Jameson: “el lenguaje es la memoria y la metáfora”
Pero qué bonito sería que la metáfora fuera solo eso y que en un día no muy lejano podamos terminar de una vez por todas con ese pérfido mitómano que desde hace mucho tiempo nos viene gobernando.

Fotografía de Danilo de Jesús Ramírez