No comprometa a nivel internacional el prestigio del país

Aferrarse a un puesto al cual ya no lo honra, es sinceramente inaceptable. La mayoría de la población se ha manifestado a través de distintos medios para que la fiscal general, Consuelo Porras, dimita de su cargo. Es cierto que fue escogida por el ominoso Jimmy Morales y confirmada por el calamitoso Alejandro Giammattei, cuando públicamente declaró ser su “amiga”. Pero recuerde que ellos no son sus jefes, usted se debe como servidora pública al pueblo de Guatemala, porque con nuestros impuestos, le pagamos su salario y demás prebendas. Si la mayoría le estamos exigiendo que dimita, lo tiene que hacer inmediatamente, porque se lo estamos ordenando como sus genuinos jefes.

Sinceramente nos da vergüenza, que una funcionaria con su alta investidura sea sellada por el gobierno de los Estados Unidos, como una persona no aceptable por estar anotada de debilitar la democracia y obstruir las investigaciones de corrupción. El modelo que ha seguido para interferir en las averiguaciones ha sido ordenar a los fiscales que ignoren los casos basados en consideraciones políticas y resquebrajar las investigaciones que llevaba a cabo la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (Feci).

Giammattei salió a su defensa, señalando infantilmente “que es una falta de respeto hacia las relaciones internacionales, que primero, se acuse sin pruebas o sustentos; segundo, violar los derechos humanos; tercero, dar valor a declaraciones de quienes cuentan con intereses personales”. Es ridículo que este fatuo mandatario, diga semejante barbaridad, cuando todos sabemos que ningún gobierno estadounidense, se deja llevar por declaraciones de cualquier persona, sin que se hagan las investigaciones previas.

Sin ambages, me dirijo a usted fiscal general, para que, si todavía le queda una pizca de decencia, renuncie y no siga comprometiendo más el prestigio de nuestro país.

 

*Este artículo fue publicado originalmente el sábado 25 de septiembre de 2021 en Nuestro Diario.