SIN TAPUJOS

Fotografía de Fernando Chuy

El presidente Alejandro Giammattei, reapareció en el salón de los Espejos de Casa Presidencial, después de varios días de no mostrarse ante la ciudadanía, y lo más sorprendente es que se presentó junto al vicepresidente Guillermo Castillo. ¿Creerán ellos que, con haber aparecido juntos, los ánimos de los guatemaltecos se calmaron?

Quiero ser objetivo en cuanto a la conferencia de prensa que ofrecieron, puesto que después de que el vicepresidente Castillo demandó del gobernante que ambos presentaran su renuncia para dizque solucionar los problemas de ingobernabilidad que se han estado dando; que cancelara el Centro de Gobierno, y tampoco aceptó reunirse con la Misión de la OEA que estuvo en el país, actitudes que demostraron que el rompimiento de la dupla presidencial era inminente. Por lo que la aparición de los dos fue sorprendente para todos.

La pregunta del millón es ¿Hasta dónde es cierta y sincera esa integración que manifestó el gobernante sobre que trabajarán en unidad? Dudo mucho que esa reconciliación sea efectiva, cuando hemos escuchado de ambos, tirarse los dardos. ¿Qué lo hizo cambiar de actitud a Giammattei? Definitivamente fue la misión de la OEA, quienes le hicieron ver que con esos caprichitos no llegarán a ningún lado. Viéndolo objetivamente considero que es sano para el país que los dos trabajen unidos y dejar por un lado las diferencias que han tenido, pero conociendo el temperamento de Giammattei, se hace cuesta arriba que haya sinceridad en que a partir de ahora trabajaran de la mano.

Después de ver que hubo reconciliación y que trabajarán unidos, esperamos que el vicepresidente asuma las funciones que la Constitución Política le ordena, porque Giammattei se las había quitado de un porrazo, dándoselas a Miguel Martínez, jefe del Centro de Gobierno, las cuales definitivamente no le correspondían.

En la conferencia también anunció el mandatario que le pediría a su gabinete (ministros y secretarios de Estado) que presenten su renuncia para que, en los primeros días del próximo año, decida a quiénes se las acepta y a quiénes confirma en el cargo. Al finalizar la plática se retiraron, luego dieron el reculón para informar muy escuetamente que el Centro de Gobierno se cierra a partir del 31 del presente mes.

Fotografía de Fernando Chuy

 

¿Habrán creído que la población se quedó tranquila?

Y se tragó la píldora con el anuncio de que ya no seguirá esa dependencia que el propio gobernante se inventó. En mi apreciación, y con opiniones que he tenido de otras personas, coincidimos en que no es suficiente, pues el desgaste que en menos de seis meses ha sufrido el gobierno, no se subsana con la desaparición de esa dependencia, como tampoco con pedir a su gabinete que presenten su renuncia.

El presidente tiene que cambiar absolutamente todo su gabinete, incluyendo viceministros y subsecretarios, no debe de quedar ninguno, como decimos en buen chapín, borrón y cuenta nueva. Que haga de caso que está iniciando su período y si tanto alarde hizo en su campaña electoral que contaba con un “gran equipo de trabajo”, pues que lo presente y ponga a trabajar, porque a quienes ha tenido y tiene, son lo más anodino. Lo conveniente sería que salga inmediatamente de los impresentables ministros de Gobernación, de Desarrollo Social, de Comunicaciones, y la secretaria general de la Presidencia.

Además, con la cancelación del Centro de Gobierno, también tienen que clausurar las otras dos comisiones adscritas a la Secretaría General de la Presidencia, las Comisiones: Contra la Corrupción, que no ha servido para nada, solo mantiene a unos burócratas con grandes salarios, y la de Asuntos Municipales, que entra en duplicidad de funciones con la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia.

El presidente Giammattei debe de analizar y pensar muy bien, las derivaciones que le han causado el haberse aliado con los diputados más podridos y entronizados con el Pacto de Corruptos, tiene que zafar bulto de ellos, porque el daño que le han causado a él particularmente es indiscutible, que solo un miope no se da cuenta. Al mismo tiempo tiene que respetar la independencia de los poderes del Estado, y no estar realizando sesiones secretas con diputransas para lograr sus obscuros propósitos.

Los cambios que tiene que hacer deben ser de fondo y no de simples pinceladas, porque el descontento viene casi desde el inicio del gobierno en el mal manejo de las finanzas con la pandemia en donde les aprobaron millonarios préstamos, y hasta la fecha no se sabe qué se ha hecho y dónde está el dinero, porque los hospitales no cuentan con las medicinas y equipo suficiente para atender las angustias de los que allí acuden. Tampoco el personal médico, de enfermería y administrativo han sido reconocidos en el pago puntual de sus salarios.

En fin, es mucho lo que hay que arreglar, no es solo el ejecutivo el que anda mal, las baterías hay que alinearlas también hacia el Organismo Judicial, el Congreso de la República, el Ministerio Público, el Tribunal Supremo Electoral, y muchas instituciones más, de lo contrario la gente seguirá pidiendo más cabezas a suprimir en la Plaza.