El 28 de octubre, representa para la comunidad creyente de Guatemala un día especial, ya que se celebra a San Judas Tadeo, santo de los imposibles y del trabajo, en la iglesia de la Merced, en el Centro Histórico de zona 1 en la capital. Paralelamente, en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, es festejado San Simón, santo que se distingue por el sincretismo religioso, ya que une la tradición maya con la católica, además es reconocido entre la comunidad de fieles como el protector de los migrantes.

Los fieles de San Simón le llevan, ramos de flores, cigarros, licor, siete montes, comida. Además, en agradecimiento muchas personas reparten comida, otras lleva a su San Simón para darle de beber o bailar con quienes asisten a su fiesta.

A media noche, se hace el Baile de la Vara, el cual es en agradecimiento por los favores recibidos de San Simón. La cofradía, organiza este baile, los fieles que desean agradecer a San Simón hacen una larga fila para, cuando llega su turno, bailan en círculo con la vara de la autoridad. En este momento los sones mayas suenan y hay una exhibiciòn de fuegos pirotécnicos.

La fiesta de San Judas Tadeo, en la capital es más recatada, los fieles reparten rosarios, comida, medallitas y oraciones en agradecimiento de algún milagro recibido. Hay algunos fieles que le llevan música de mariachi. Las personas hacen fila en la madrugada para esperar su turno, hasta de cinco horas,  para venerar la imagen de San Juditas, como le dicen de cariño en la iglesia la Merced.

Cada año las personas se preparan para ambas fiestas ya que, según cuentan, tanto San Simón como San Judas Tadeo son santos que conceden milagros por más difìciles que sean.

 

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