SIN TAPUJOS

Justamente hace un año, dicté una conferencia en el auditorio del Centro Cultural de España que organizó CAMINENOS, asociación política no partidista que dirige Roberto Alejos Cámbara. El tema que se trató en aquella ocasión fue como su título indica, una Breve descripción de los presidentes de Guatemala desde Jorge Ubico hasta Alejandro Giammattei”.

Jorge Ubico, al centro con uniforme militar.

Por ahora cambio de tónica a mis artículos, porque considero importante que se conozca cómo ha sido la vida política en Guatemala, cuántos gobiernos electos democráticamente ha habido, cuántos golpes de Estado han ocurrido y cuántos triunviratos y jefes de Estado ha tenido, poco a poco nos daremos cuenta de cómo la vida política de nuestra Guatemala ha tenido características muy embarazosas.

Mi intención no es polemizar sino presentar en forma sucinta algunos aspectos relevantes sobre los distintos gobiernos en este país, desde Jorge Ubico Castañeda hasta el actual, porque creo necesario, especialmente para la juventud, que se conozca cómo se ha desarrollado la vida política en Guatemala, y con esa intención acudí a distintas fuentes bibliográficas, así como también sostuve conversaciones con personas expertas en estos temas.

Jorge Ubico gobernó durante 13 años, mediante el mecanismo de la reelección. Su gestión se vuelve controversial debido al autoritarismo, temor popular y la adulación.

El régimen ubiquista se caracterizó por reprimir con violencia y con cárcel, acorralando a todos sus opositores. Se utilizó la denominada “Ley Fuga”, que consistía en decirle al prisionero que corriera y buscara su libertad para dispararle por la espalda, aduciendo después que había intentado fugarse.

El 1 de julio de 1944 a las ocho horas, en el despacho presidencial del Palacio Nacional, el gobernante Ubico comunicó a su círculo cercano su intención de renunciar al cargo. Algunos de los que rutinariamente acudían a su despacho para recibir instrucciones llegaron a profesarle su incondicional apoyo. Ubico se inclinaba por entregar el poder a su pariente Arturo Saravia Ubico y no a quienes correspondía por virtud de la Constitución que eran los designados a la presidencia: generales Demetrio Maldonado y Pedro Reyes y señor Carlos Herrera Dorión. Maldonado y Herrera renunciaron como designados, en cambio el general Reyes tuvo que ser conminado a hacerlo. El señor Saravia Ubico no aceptó suceder al gobernante.

Participantes de la gesta revolucionaria frente al Palacio Nacional. Fotografías cortesía del Museo Nacional de Historia.

Ante la renuncia del presidente Jorge Ubico, se constituyó la improvisada Junta Militar que en forma efímera asumió el mando, conformada por los generales Federico Ponce Vaides, Buenaventura Pineda y Eduardo Villagrán Ariza. La Asamblea Legislativa, controlada por los partidarios de Ubico, el 5 de julio eligió presidente interino al general Federico Ponce Vaides, quien continuó con la misma política del régimen anterior, y pretendió perpetuarse en el poder, aunque era un gobernante más débil, menos temido, e igualmente nefasto para el país.

 

Después de una férrea dictadura, viene la primera era democrática

Numerosos obreros y estudiantes universitarios recibieron armas y lucharon en las calles de la ciudad de Guatemala para deponer al gobierno de Ponce Vaides. Con el triunfo de la Revolución del 20 de octubre de 1944 se organizó una Junta Revolucionaria de gobierno, integrada por el capitán Jacobo Árbenz Guzmán, el mayor Francisco Javier Arana y el ciudadano Jorge Toriello Garrido, se inicia un proceso en la vida nacional que se encauza hasta la promulgación de la Constitución en marzo de 1945. La Junta Revolucionaria concedió la autonomía a la Universidad de San Carlos, a las municipalidades y al deporte.

Del 17 al 19 de diciembre de 1944, se celebraron las elecciones para elegir al presidente de la República, triunfando abrumadoramente Juan José Arévalo al obtener 255,260 (85%) de los votos, siguiéndole Adrián Recinos con 20,749 votos.

El presidente Juan José Arévalo (izq.) conversa con su ministro de la Defensa, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán (der.) en el Palacio Nacional.

Primera época revolucionaria

Así se le llamó al inicio del nuevo gobierno. El 15 de marzo de 1945 se inaugura el gobierno de Juan José Arévalo para un período de 6 años. El gobierno arevalista se conforma de una manera múltiple, con representantes de diversas tendencias, que diferían en cuanto al alcance y contenido de las reformas por realizarse.

Arévalo promovió un estilo de gobierno democrático que trataba de encontrar consensos en la sociedad por medio de diversas opiniones. Por ser pedagogo estaba convencido de que la educación en general era indispensable, se reorganizó el sistema de enseñanza; se construyeron edificios para escuelas primarias tipo Federación.

Durante su mandato se instituyó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), se reorganizó el Banco de Guatemala, se promulgó el Código de Trabajo. Su régimen se ensombreció con el asesinato del coronel Francisco Javier Arana. Del 10 al 12 de noviembre de 1950 se llevó a cabo la elección presidencial, participaron cuatro candidatos siendo ellos: Jacobo Árbenz, quien obtuvo 266,278 votos; Miguel Ydígoras Fuentes, 76,180; Jorge García Granados, 28,879; y Víctor Manuel Giordani, 15,664.

Jacob Árbenz Guzmán, el soldado del pueblo durante una ceremonia militar en el Campo Marte.

Segunda época revolucionaria

El 15 de marzo de 1951 asume la presidencia el coronel Jacobo Árbenz Guzmán. Cuando tomó la presidencia, definió tres principios fundamentales de su gobierno: 1) Convertir a Guatemala de una nación dependiente y de economía semicolonial, en un país económicamente independiente. 2) Transformar a Guatemala, en un país capitalista y moderno. 3) Hacer que esta transformación trajera consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las mayorías.

Los principios antes indicados, se traducirían más tarde en las siguientes obras de infraestructura básica: Construcción de la hidroeléctrica de Jurún-Marinalá, en Escuintla. Construcción de la carretera al Atlántico y del Puerto de Santo Tomás, bajo el nombre Matías de Gálvez. Su meta principal era la realización de la Reforma Agraria (Decreto 900), que buscaba poner fin a la relación minifundio-latifundio. Este programa de gobierno era aceptado por la mayor parte de los sectores, pero también lo adversaban grupos de terratenientes y empresarios entre ellos la United Fruit Company, la Iglesia Católica a través del arzobispo Rossell y Arellano y el gobierno de los USA.

Durante mayo y junio de 1954, se inician acciones contra su gobierno, se vivieron momentos de confrontación insalvable. Los opositores se unificaron en el llamado Movimiento de Liberación Nacional. Al filo del mediodía del 27 de junio, el jefe de las Fuerzas Armadas, coronel Carlos Enrique Díaz, el ministro de la Defensa, coronel José Ángel Sánchez, el jefe del Estado Mayor del Ejército, coronel Enrique Parrinello, y otros dos altos oficiales de las fuerzas armadas, citaron al embajador estadounidense John Peurifoy, para solicitarle las garantías para que se suspendieran los bombardeos a la ciudad. El embajador no aceptó, pues no cesarían mientras Árbenz y su grupo permanecieran en el poder.

En horas de la tarde del día 27, el mandatario junto con su asesor personal José Manuel Fortuny, decidieron que Árbenz renunciaría y depositaría el poder en manos de coronel Carlos Enrique Díaz, sin que supiera que Díaz había estado horas antes conspirando contra él.

A las 21 horas fue transmitido en cadena nacional el discurso de renuncia de Árbenz entregando el mando al coronel Díaz, quien estuvo en el poder un día, del 27 al 28 junio. Continuará…