Guatemala se ha convertido en uno de los países que mayor cantidad de desechos está enviando hacia el mar a través de la red de ríos que desembocan en ambos océanos, esto ha generado ya problemas internacionales, México se queja del agua contaminada que llega en ríos que nacen en territorio guatemalteco y mueren en ese país, Honduras por su lado, es la nación que sufre las consecuencias de la contaminación provocada por el río Motagua.

Fácil podría ser decir que la población es irresponsable y que arroja sus desperdicios a los ríos o a lugares que no son los apropiados, pero la verdad es que, si hay que señalar a los autores y culpables de esta contaminación, se debe empezar por el Estado, el gobierno, las municipalidades y sobre todo la industria. Son los empresarios los mayores contaminadores, debido a que para ellos es más barato deshacerse de su basura arrojándola a ríos, lagos o mares, que invirtiendo en equipo, espacios y mecanismos para procesarla adecuadamente.

Cuando son empresas cuya materia prima constituyen productos químicos, el daño es mayor, en más de una ocasión han arrojado desechos que han teñido de un determinado color las aguas de los ríos o que han matado todo tipo de vida en esas aguas, esto sin que el Estado intervenga y sancione a los responsables.

Fotografía de Simone Dalmasso

Pero no todo es negativo, con positividad se tiene conocimiento que el organismo Ejecutivo a través del acuerdo gubernativo 164-2021 establece las normas sanitarias y ambientales que deben aplicarse para la gestión de los desechos y residuos sólidos comunes. Este acuerdo otorga dos años para establecer los mecanismos para crear las condiciones para el manejo de papel y cartón, vidrío, plástico, metal, multicapas y otros.

Bajo el lema de REDUCIR, REUSAR, RECICLAR este debiera ser el inicio de un proceso encaminado a garantizar que Guatemala se convierta en un país en que los desechos y la basura sean tratados adecuadamente, debiera además impulsarse una campaña de educación para toda la población y de ser posible multas severas para quien arroje basura a la calle o en lugares de la naturaleza y si son empresas, no solo multar a sus dueños, sino clausurarlas, para evitar que continúen haciendo daño.