Una investigación recién publicada por un medio estadounidense reveló cómo infantes de marina colaboraban con una estructura de Coyotes.
Quién mejor para burlar un puesto fronterizo en Estados Unidos que un soldado del ejército norteamericano. Francisco Rojas, un traficante de personas reveló durante una entrevista al medio Vice detalles de cómo transportaban ilegalmente a decenas de inmigrantes cada semana.
La red de contrabando de personas liderada por Rojas operaba dentro de las instalaciones del Campamento Pendleton, la base principal de marines en el sur de California. Según Rojas, él contactaba a los infantes de marina más jóvenes, aquellos que apenas se habían graduado de la secundaria.
En un momento la estructura de Francisco Rojas contó con la colaboración activa de 10 marines que lo ayudaban a transportar migrantes burlando los controles fronterizos a quienes les ofrecía $500 por cada migrante que viajaba con éxito.
Estos marines trabajaban en parejas, recibían una llamada telefónica para indicarles en dónde debían recoger a los inmigrantes a quienes encontraban ocultos detrás de arbustos o grandes piedras. Al llegar a la ubicación, las personas salían de su escondite y eran transportadas por los marines a un destino seguro evadiendo los controles migratorios.