SIN TAPUJOS
Es necesario que el pueblo ponga en práctica sus legítimos derechos, y se una para crear alternativas justas que lo coloquen en posibilidad de hallar solución a los problemas que sufre.
Manuel Colom Argueta
Quizá las nuevas generaciones desconozcan quiénes fueron las figuras políticas más destacadas y cuál fue la actuación de los partidos políticos en la segunda mitad del siglo XX, y cuáles eran los riesgos que se corrían por las diferencias ideológicas que existían en esa época.
Desde muy joven he sido un apasionado por la política como tal, pero no en la politiquería. En la década de los setenta, me inicié en la política nacional, cuando fui miembro del Concejo Municipal -1970-1974-, siendo alcalde Manuel Colom Argueta. Recuerdo que los partidos de ese entonces eran puramente doctrinales, y las disputas entre los dirigentes también eran ideológicas.
Se destacaron políticos muy respetados de diferentes credos políticos como Manuel Colom Argueta, Mario Sandoval Alarcón, Eduardo Cáceres L. Danilo Barillas, Alberto Fuentes Mohr, Alejandro Maldonado Aguirre, René De León Schlotter, y muchos otros más.
Desafortunadamente esas reyertas ideológicas se tornaron demasiado violentas, tanto que se convirtieron en un río de sangre, asesinando a destacados dirigentes políticos, profesionales y periodistas.
Ante la total y absoluta falta de dirigentes políticos que hay actualmente en Guatemala, y también ante los acontecimientos que se están viviendo en una lucha estéril que han enfrentado dos poderes del Estado (Legislativo y Judicial) contra la Corte de Constitucionalidad, porque están prevaleciendo los intereses mezquinos y perversos de politiqueros corruptos, por esa razón traigo a la memoria a un sobresaliente líder político y visionario Manuel Colom Argueta.
Los anhelos de Colom Argueta de convertir la municipalidad en un instrumento de desarrollo urbano, suscitaron la elaboración del Esquema Director de Ordenamiento Metropolitano (EDOM), así como el Plan de Desarrollo Urbano, en el cual se planificaba el ordenamiento de la ciudad capital incluyendo los municipios aledaños a la metrópoli. A Meme Colom le tocó compartir su período edilicio con el período presidencial de Carlos Arana Osorio, y por eso tuvo que superar muchas trabas para procurar a la Municipalidad Capitalina el respeto a su autonomía.
Es oportuno recordar que Meme Colom, correspondió a una generación de políticos que sembraron la esperanza a los guatemaltecos. Los años que abren el siglo XX en la política nacional, fueron de un ambiente marcado por el terror y el odio. La población guatemalteca ha pasado a formar parte de una historia que debe de ser leída a profundidad y con detenimiento, pues cuando finalizó la primera dictadura del siglo XX se pensó que se terminaría con el miedo social y que se emprendería con un nuevo porvenir, por el contrario, solo fue el portal de acceso a lo que sería casi un siglo de luchas intestinas, de asesinatos, de pobreza extrema, de abuso social. Esa sombra de dolor que acompañó los albores del siglo pasado.
Manuel Colom ha sido uno de los más importantes dirigentes políticos de nuestra historia reciente. Logró acumular apoyo de las masas en su lucha por las causas populares, por la democracia y el Estado de Derecho. Luchador perseverante por los derechos del pueblo y la nación. Hombre de principios y convicciones, no cedió ante la conciliación con los poderosos o la corrupción. Su consecuencia, tenacidad, capacidad política, sus valores y sus ideales fueron decisivos para ganar el apoyo popular. Se ganó la malquerencia, el odio y la desconfianza de los sectores más conservadores de la política e iniciativa privada, de los corruptos enriquecidos al amparo del Estado y de la oficialidad represora del ejército de Guatemala. Manuel Colom fue un hombre polifacético, forjado en la academia y en la lucha por sus ideales políticos.
Desastrosamente estamos llenos de politiqueros que están haciendo de las suyas para su beneficio, sembrando el odio y recelo entre la sociedad guatemalteca, con el único propósito de satisfacer sus siniestros fines de lujuria.
Excelente articulo, no hace falta tener esa memoria historica para generar una reflexión a cerca del presente evitando problemas del pasado y proyectandonos al futuro, lideres que den la cara y guien al pais a pesar de las dificultades, esa huella no la borrará nadie.