Nuestra Constitución en el artículo 135 establece que son derechos y deberes cívicos y políticos, cumplir y velar porque se cumpla la Constitución; contribuir con los gastos públicos y obedecer las leyes. También establece (el artículo 136 que son deberes y derechos cívicos de los ciudadanos el elegir y ser electo, optar a cargos públicos y participar en actividades políticas, entre otros.

Fotografía de Ban Vel
Si esto fuera poco, en el artículo 152 constitucional, se establece que la soberanía proviene del pueblo… y ninguna persona, sector del pueblo, fuerza armada o POLÍTICA, puede arrogarse su ejercicio. Esto significa que la democracia descansa sobre la ciudadanía y la participación directa del pueblo y no por medio de ninguna organización política o social.
Poco a poco, estamos tomando conciencia de que como ciudadanos tenemos, no solo el derecho sino el poder, de elegir y ser electos en forma directa, de fiscalizar y exigir la rendición de cuentas en forma permanente por la labor de los funcionarios públicos e incluso de toda entidad que reciba fondos provenientes de los impuestos recaudados por el estado y pagados por cada ciudadano (a).
La ciudadanía plena se traduce en igualdad y equidad de derechos pero lo más importante es que nos pone como el centro y fin de la función pública. Los funcionarios se deben al ciudadano (a) y no están por encima de nosotros como ha sido hasta ahora. Es más, los funcionarios electos deben cumplir el juramento de trabajar por el pueblo… y como no lo están haciendo, como ciudadanos debemos exigirlo y si aun así no lo hacen, debemos exigir su renuncia o dimisión.
Es nuestra obligación ejercer nuestra ciudadanía: hacer ver las deficiencias, reclamar el cumplimiento de las funciones públicas, lograr que se rindan las cuentas, denunciar los hallazgos y exigir las sanciones, en su caso. Además, debemos participar en actividades políticas como las manifestaciones contra la corrupción o exigir la independencia del Tribunal Supremo Electoral. Debemos estar atentos porque ya se denuncia la manipulación del proceso electoral 2023. No podemos permitir otro proceso con tantas anomalías fraudulentas como en el 2019 que resultaron en la continuidad de la corrupción y el desmantelamiento del estado.
DEBEMOS UNIRNOS alrededor de una lucha ciudadana, exigiendo, reclamando y manifestando nuestra indignación para que cese la violación permanente de nuestra Constitución Política.