Siguiendo con el comentario al artículo de Ramón Cadena. Nos indica “que nos encontramos con otra forma de realizar un golpe de Estado, y es el golpe de Estado contra el Poder Judicial, y que lo considera como atípico, que notamos en la época moderna”. En realidad, es algo extraño que nunca había visto al menos en mi caso que, dentro del mismo organismo se dé esa guerra que están dando los magistrados de la CSJ contra jueces, cuyo pecado es su decencia e integridad.

Continúa Ramón “Debemos partir para su análisis, de la existencia del principio fundamental de la división de poderes. El Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo son poderes independientes entre sí. Esta es la base fundamental en una democracia moderna. Y debe respetarse. Cuando vivimos un golpe de Estado en contra del poder Judicial, como el que sufrimos actualmente en Guatemala, el primer principio general que es afectado es el de la división de poderes”. Aquí en lo que comenta Cadena, apreciamos que desde hace mucho tiempo ha habido interferencia del Ejecutivo con los otros dos poderes, quizá más con el Legislativo, el gobernante siempre ha tenido que ver en las elecciones de las juntas directivas, y en otros asuntos que ahí se gestionan.

Sigue Cadena “Se esperaba que, con el cambio de mandatario, al asumir el presidente Giammattei, se iba a corregir esta situación y el país se iba a reencauzar nuevamente por la senda democrática. Sin embargo, el actual presidente siguió con la política de su antecesor. Y la víctima ha sido la Independencia Judicial, los juzgadores independientes y la ciudadanía guatemalteca. Después de dos años sin que el Congreso elija nuevas cortes, el golpe de Estado en contra del poder Judicial se ha terminado de configurar”. Coincido con Ramón sobre que hubo cierta expectativa en el cambio de gobernante, algunos creyeron que en algo mejoraría, pero vemos que no hubo ningún cambio, más de lo mismo.

Continuará…

 

Este artículo fue publicado originalmente en Nuestro Diario el sábado 23 de octubre.