Fotografía de Fernando Chuy

La mulada y la pendejada en este país se están convirtiendo en referencias lingüísticas de un uso en auge, ya que durante los últimos años son, por antonomasia, el recurso recurrente del ciudadano para referirse a esas decisiones y actuaciones de nuestros gobernantes que nadie avala ni entiende por incoherentes, contradictorias, incompresibles y estúpidas.

Ayer, el director del Instituto Guatemalteco de Turismo, -INGUAT- Mynor Cordón, presentó su Plan de Reactivación Económica del Turismo 2021, a la vez que el presidente de la República, Alejandro Giammattei, anunciaba nuevas disposiciones presidenciales de reapertura de las fronteras internacionales y cierre absoluto de las fronteras internas. Volvemos a caer en problemas de semántica. Efectivamente, aunque no sean lo mismo, la reactivación del turismo exige la reapertura del país y no lo contrario.

Significa esto que, los accesos a las playas y ríos estarán cerrados, nadie podrá llegar a vacacionar a los hoteles, el turismo nacional interno se paralizará, el sector de servicios quebrará y las supuestas hordas de turistas que el Gobierno cree que están esperando ansiosas por llegar a Guatemala, no podrán salir del Aeropuerto Internacional La Aurora.

Mientras tanto, el segundo pago del bono familia sigue sin repartirse entre los guatemaltecos más necesitados, con verdadera urgencia. Los casos de desnutrición infantil se están multiplicando y agravando, en el país. El Estado de Calamidad debe cesar ya. Como diría el refranero, este Gobierno ni come ni deja comer.

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