¿Qué resultados podemos esperar de las decisiones económicas que está tomando el gobierno de Guatemala durante esta coyuntura sanitaria? A simple vista se vislumbran resultados muy negativos, especialmente en la economía “real” del país.
Como criticar al gobierno ahora es sinónimo de “no estar en el barco”, nos aventuramos, entonces, a sugerir algunas acciones que el gobierno (Estado) podría tomar si tuviera la intención de mejorar las condiciones económicas de los guatemaltecos.
Como primer punto, el gobierno debería otorgar créditos (no a los bancos) a cero intereses a pequeños empresarios y profesionales que necesitan liquidez para que sus negocios no tengan que cerrar, ya que eso conlleva más desempleo y menos pago de impuestos.
Segundo, debería dar beneficios fiscales a las empresas que han mantenido a sus trabajadores y que han mantenido sus negocios, y no a las que han suspendido a sus trabajadores para utilizar los recursos del IGSS, entre otros. Debería inyectársele fondos a estas instituciones públicas para que puedan seguir colaborando con la contención del virus, en lugar de debilitar su futuro al imponerle el pago de miles de salarios a trabajadores suspendidos.
Tercero, debe coordinarse con la SAT para que se pospongan los pagos de impuestos, tal y como se había planteado al inicio de la cuarentena, y otorgar descuentos fiscales a quienes paguen sus impuestos a tiempo como incentivo para aumentar la recaudación tributaria del Estado.
Cuarto, el gobierno, lejos de “congelar” contratos, debe priorizar las contrataciones y más bien aumentarlas en relación a las políticas que piensa implementar para mejorar la economía. cuando la economía privada se desacelera, las contrataciones del gobierno ayudan a mantener la estabilidad y aumentar el consumo, lo que a su vez mantiene la producción y, por ende, los empleos. Se desconoce por qué, en este momento, el gobierno toma decisiones que resultarán en más personas sin trabajo, especialmente profesionales y personal temporal.
Quinto, reflexionemos sobre el mediano plazo del país, para que la crisis de salud no se transforme en una crisis social; aprovechemos la “crisis”, no para retroceder sino para mejorar.