El cipote nayib bukele provocó recientemente roces diplomáticos luego de que la asamblea legislativa (con mayoría absoluta de diputados de su partido “Nuevas ideas”) defenestrara al pleno de la corte de lo constitucional de El Salvador y desairara a la misión imperial que vino a supervisar su minifundio. El bukele quedó pupuso de tanto reclamo internacional por el rompimiento del orden constitucional interno y por atentar contra los contrapesos de gobierno que hacen posible la democracia burguesa. Se pronunció la unión europea, el Grupo de Puebla, sus amos gringos y otros países del continente americano, pero el milenial los mandó a vender pupusas y en sus tuits se lanzó discursos cabrones de guerra fría. El cipote chillón recuerda bastante los inicios erráticos de Hugo Chávez cuando fue elegido presidente legítimo de Venezuela. Entonces nadie confiaba en un militar latinoamericano, nacido y formado en el marco de la guerra fría, adoctrinado en anticomunismo en escuela militares yanquis. El comandante Chávez tiraba más a lo Manuel Antonio Noriega, de Panamá, que a un chafa progresista que marcaría una época de gran influencia en Sudamérica, el Caribe, Centroamérica y de fuerte antagonismo real con los gringos al anunciar su socialismo del siglo XXI. Pero a bukele es posible seguirle una trayectoria y reconstruir a partir de ella algunos comportamientos actuales y acciones futuras.
El cipote chillón
El nayib nace en las filas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (en adelante el frente), en el que hace carrera productiva y con este resulta electo alcalde de San Salvador, bastión de la derecha guanaca. Para entonces era un pinche cipote, nada despreciable para un milenial, heredero de los negocios de papi. Líder protagónico, impetuoso, inmaduro, oportunista (¿gallo-gallina?) como quizás era; tal vez tuvo choques con la vieja guardia del frente, que seguramente frenó sus aciertos e irreflexiones, quienes como toda organización jerárquico militar no querían soltar los güesos ni la conducción de una institución histórica de fuertes raíces populares en el pueblo chero. El bukele es expulsado del partido por autoritarismo y violencia contra las mujeres y se va peleado con la vieja guardia del frente, que quizá se opuso al relevo de cuadros juveniles, cuidando la pureza ideológica. Lo anterior se plantea como hipótesis porque recientemente la radio digital guatemalteca De zurda entrevistó a la militante del frente, Patricia Iraheta, quien reveló que con el chero desertó una gran cantidad de miembros del FMLN, quienes le apoyan actualmente y fueron baluartes para convertirlo en presidente, entre otros factores esenciales que veremos adelante.
La diplomacia en chino
Llama la atención que, una vez convertido en mandatario, bukele no haya roto relaciones diplomáticas ni comerciales con China comunista, iniciadas en el gobierno del frentista Salvador Sánchez, como sí lo hizo con Venezuela para congraciarse con sus amos del norte. Es más enigmático puesto que dicho inicio de relaciones con el país asiático fue cuestionado fuertemente por varios sectores pudientes salvadoreños, entre ellos la sólida oligarquía de las 14 familias históricas y sin faltar los rebuznes del imperialismo yanqui. Podemos deducir en este escenario a un bukele práctico o gallo-gallina, porque los chinos están construyendo un puerto moderno en el Pacífico, un estadio monumental, han incrementado (aunque levemente) la balanza comercial bilateral y son fuertes proveedores de vacunas anticovid-19, que han llegado con efectividad a los sectores vulnerables salvadoreños. En una reciente reunión con el cuerpo diplomático acreditado en El Salvador para explicar la destitución de los magistrados del tribunal de lo constitucional hubo una ausencia notoria: la del embajador gringo; y la presencia de la encargada de negocios de la China comunista, flanqueando a bukele durante la reunión.
Los amarres del bukele
Según Iraheta, otro de los factores de ascenso de nayib lo constituyó la deserción de gran parte de integrantes del partido arena (alianza republicana nacionalista) fundada por chafas, escuadroneros de la muerte como el mayor d’Aubuisson y la gran burguesía salvadoreña, que gobernó durante décadas al pequeño país centroamericano. Me aventuro a pensar que se trató de una deserción simulada. Quizá respondió a una estrategia de la derecha política, similar a la ocurrida en Guatemala, donde puede seguirse la pista a muchos partidos políticos que sólo cambian de siglas y los tránsfugas se encargan del resto: véase, entre muchos, el caso de eduardo meyer, miembro de la democracia cristiana guatemalteca, en los años 80 del siglo XX, que terminó su corrupta carrera en la unidad nacional de la esperanza del gallo-gallina álvaro colom. De manera similar a Guatemala, en El Salvador se formó un capital emergente, otro de los pilares de bukele, sector que puso toda su maquinaria mediática y financiera para encumbrarlo como presidente. Se infiere que los chafas también son parte de esa alianza, puesto que la fuerza armada acompañó al bukele a tomar la asamblea legislativa cuando esta no le aprobó un préstamo. Por falta de información no se incluye a las maras en estos sectores de poder, pero es fácil inferir que tuvo alianzas con estas, ya que las clicas constituyen brazos terroristas militares vinculados con coroneles y generales del Triángulo Norte de CA, dedicados al narcotráfico, crimen organizado, trata de personas y sicariato. Sería ingenuo pensar que washington no proporcionó su venia para descabezar a la máxima corte salvadoreña, quizá para medir la temperatura política y las reacciones populares, para un siguiente paso.
¿Qué onda con el FMLN?
Ocho años consecutivos de gobierno frentista son bastantes como para avanzar en una agenda de desarrollo nacional de corto o mediano plazo. Cabe preguntarse si el frente la intentó y, si no, por qué. Puede argumentarse que la exguerrilla no tuvo mayoría parlamentaria para realizar los cambios desde el legislativo, pero sí tenía legitimidad y el poder formal desde el gobierno para poder movilizar a su amplia base social con el fin de presionar por cambios estructurales. Quizás el frente temió un escenario como el de Manuel Zelaya en Honduras o el de la defenestración de mandatarios sudamericanos a quienes les desbarataron sus proyectos, producto de que sólo habían logrado tomar el poder formal, vía las elecciones, dejando intacto el poder real (económico-militar), que en El Salvador lo siguen poseyendo las 14 familias oligarcas y los chafas contrainsurgentes, sin faltar la influencia de sus amos imperialistas. Para colmo: el expresidente Mauricio Funes anda prófugo de la justicia, acusado de corrupción. Huyó argumentando persecución política, pero para ello está la solvencia moral para enfrentar con dignidad las calumnias y regresar triunfante como Lula da Silva en Brasil. Señalo esto porque, considero, fue otro de los factores que posibilitaron la victoria electoral del bukele: el frente redujo drásticamente sus parlamentarios de más de una veintena a menos de 10.
Dios le habla al bukele
Así lo manifestó el mismo nayib-19 durante una conferencia de prensa cuando tomó por la fuerza la sede de la asamblea legislativa, acompañado por chafas guanacos. Dios también le envió la pandemia del covid-19 al milenial pues en el contexto de esta se marca su avance para la victoria aplastante de su partido nuevas ideas. Su gobierno usó los recursos del Estado para promocionarse electoralmente vía el reparto de canastas de alimentos, dinero y una acertada administración de la compra, obtención y aplicación de las vacunas anticovid-19, curiosa y mayoritariamente donadas por China… bukele hizo propaganda descarada en favor de su partido y repitió hasta el cansancio, replicado por su maquinaria mediática, que debía “enterrarse el pasado”: los guanacos asistieron a las urnas y lo enterraron. Entonces el nayib se atreve, mediante su asamblea legislativa, a defenestrar a los magistrados del tribunal constitucional, instancia que debía pronunciarse por casos de corrupción atribuidas a su gobierno y su partido.
Conclusión
Es difícil creer que washington no estuviese al tanto de los movimientos en El Salvador, pues nada se mueve en su patio trasero sin su consentimiento. También cuesta creer que los arrebatos de bukele sean de un milenial cagado, que usa el poder como un cipote con juguete nuevo. Sospecho que los yanquis están creando diversos escenarios en el Triángulo Norte de Centroamérica para vender modelos bukelianos en Honduras y Guatemala, para anticiparse a estallidos sociales como el de Chile y el de la Colombia heroica que tiene en jaque al paramilitar iván duque. Esa estrategia les permitiría lanzar su plan marshal para CA en un escenario donde todo siga igual y nada cambie. El vespertino La Hora, de Guatemala, del 18 de mayo, informa sobre la investigación por corrupción de la jefa del gabinete de bukele, carolina recinos, señalada por el departamento de estado gringo. ¿Verdad o simulación? El nayib-19 jugará a que finalice la administración biden y les asustará durante estos años con el fantasma de los ojos rasgados…