20 años les cayeron a las firmitas evangélicas que asesinaron vilmente al guía espiritual Domingo Choc. El Bufete de Pueblos Indígenas de Guatemala amenazó con apelar a la sentencia aduciendo que el Tribunal no tomó en cuenta la agravante de que la víctima era un científico maya. Dicho bufete está como la gran… puesto que únicamente se ordenó el pago económico de Q13 mil 600 para gastos funerarios.
Los criminales enhebrados bajo penas de cárcel inconmutables, son Edin Arnoldo Pop Caal, Romelia Caal Chub y Candelaria Magaly Pop Caal.
Estas luminarias ―no por sus luces intelectuales, sino por su afición piromaniaca― rociaron un galón de gasolina en la humanidad del pobre Domingo Choc Ché y lo achicharraron vivo, según el dictamen pericial del Inacif. El cruel asesinato ocurrió el 6 de junio de 2020 en la aldea Chimay.
Choc Ché, especialista de la medicina maya y guía espiritual de su comunidad, estaba escribiendo un libro sobre la ciencia herbal maya Q’eqchi’ que lamentablemente quedará inconcluso. Fue acusado de practicar las artes oscuras de la brujería, a tal grado que dicho prejuicio evangélico terminó por costarle la vida.
LA APELACIÓN
Juan Castro, del Bufete de Pueblos Indígenas de Guatemala, dijo que la sentencia es una clara muestra del racismo estructural tan propio de esta república bananera: “la muerte de un sacerdote maya es para ellos solo la muerte de un indígena más (…) Es frustrante y lamentable ver como la presidenta del Tribunal de Sentencia no tomó en cuenta la agravante de que la víctima era un científico maya y que con su trabajo aportaba a la identidad de los guatemaltecos”.
Pero… a ver… eso también equivale a decir que hay vidas que valen más que otras… Así que, bueno… Es cierto que en la república bananera en efecto hay vidas que valen más que otras (sobre todo si notamos la diferencia entre la vida de un burgués y la de un proletario)… pero constitucionalmente todas las vidas valen lo mismo; así que este argumento, así a ojo de buen cubero, puede resultar un poco endeble…
Pero en fin, el abogado agregó que analizarán apelar la sentencia al considerarla reverenda violación a los pueblos indígenas de Guatemala.
Nina Bries Silva, del Movimiento de Mujeres Indígenas Tzununijá, también montó en cólera al escuchar que la reparación digna dictada por la presidente del Tribunal de Sentencia de San Benito, Petén, Sonia Hayde Toledo, ordenaba apenas una caución de Q13 mil 600 quetzalcuacos para gastos funerarios: “No pareciera importarles la identidad de los pueblos indígenas de Guatemala y la vida del científico maya”.
Rosa de Choc, viuda de Domingo, dijo entre lágrimas de indignación que no pareciera importante [para la justicia] la vida de su esposo: “Ahora no sé cómo voy a hacer para mantener a mis hijos”.
Está clara una cosa: la caución de reparación es un insulto a la memoria de la víctima, y a la dignidad de su familia.