Declarar Estado de Calamidad y de Urgencia Nacional, es una buena oportunidad para realizar gastos a manos llenas sin ninguna fiscalización. La tormenta Julia, le ha brindado al gobierno esa oportunidad, no necesitando justificar el destino de los fondos ante la emergencia. Ello, en el entendido que debería ser utilizado para hacer frente a los desastres provocados por tormenta tropical, por lo cual se autorizaron 3 mil millones de ampliación presupuestaria. Esto en teoría, pero la realidad es otra, porque es una buena excusa para obtener fondos, y financiar los gastos electorales de la alianza oficialista del próximo año.

Fotografía de Esbin García

El próximo mes, el Legislativo debe aprobar el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del año 2023, financiado en parte con préstamos de bancos internacionales. Destaca que, en el proyecto presentado por el Ejecutivo, los gastos de funcionamiento del Estado, superan los estimados para la inversión. Al gobierno saliente no le preocupa esa situación, al fin y al cabo, se terminó su tiempo y nada podrá iniciar o concluir. Pero la estrategia del Pacto de Corruptos que se debe financiar para ganar las elecciones, tiene prioridad y el gobierno de Giammattei, lo debe garantizar. El monto del presupuesto se estima en Q112 mil 294.8 millones, de estos, se proyectan Q76 mil 436 millones para gastos de funcionamiento y Q19 mil 716 millones para inversión. De esa cuenta, el 68% estaría destinado al funcionamiento, además se debe tomar en cuenta el pago de la deuda externa.

En la propuesta, el Ministerio de Educación duplica el presupuesto de Salud, que sería prioridad en época de pandemia. Este incremento, responde a los Pactos Colectivos, acordado con Joviel Acevedo. De esta manera el gobierno busca asegurar los votos de este sector para el año electoral. En el Ministerio de Desarrollo Social, MIDES, se observa un aumento de su presupuesto para el funcionamiento. Constituye un fondo del cual echar mano para pagar la logística electoral, de la alianza creada por el Pacto de Corruptos.

Para el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, CIV, que debería hacer frente a la destrucción, deslaves y hundimientos, se proyectan Q370.3 millones más para funcionamiento y Q31. 2 millones menos para inversiones. Esa tendencia se evidencia también para el Ministerio de Agricultura y Ganadería, MAGA.  Es la misma situación en el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, MARN, que por decreto se busca concentrar las actividades de las distintas instituciones encargadas del medio ambiente. Estas carteras en época de crisis, pueden hacer transferencias a las instituciones, tal es la maniobra que se pretende montar en época electoral.

Fotografía de Esbin García

El aumento de los gastos de funcionamiento, asignado a ministerios, que no funcionan para los fines que fueron creados, es para contratar más personal durante el año electoral en las diferentes tareas, como hacer publicidad en la campaña, fiscales de mesa, y otras. También para financiar la logística electoral, que consiste en vuelos de helicópteros, salarios, alquileres de inmuebles, costos administrativos, hospedajes, comidas, viáticos, gasolina y transporte. Se comprarían los tradicionales artículos para regalar con el propósito de ganar votos, como herramientas, láminas, bolsas con alimentos, chalecos, playeras, gorras, pachones y otros enseres.

Las tormentas, desnudaron el estado calamitoso en que se encuentran las carreteras, los colectores de agua, las escuelas, los hospitales, los puentes, y las siembras. Ello no es novedad, porque constituye el estado de calamidad permanente del país y tantas penurias sociales sin resolver. Estas deberían ser buenas razones para destinar más recursos en la construcción de esa infraestructura o capital físico, y en el apoyo de la producción de alimentos, o mitigar la desnutrición y la pobreza. Lejos de eso, les brinda a los partidos del oficialismo, los argumentos oportunistas, para plantearle al electorado, los tradicionales ofrecimientos. Será utilizada como propaganda de campaña, como parte del supuesto programa de gobierno de la próxima administración, y que nunca se cumple.

Fotografía de Esbin García

El presupuesto para el próximo año, no responde a las verdaderas necesidades de país, ni para mitigar la pandemia y estragos por los desastres naturales. Al gobierno y sus candidatos, no les importa el bien común y se abandona a la población que sufre de crisis sanitaria y daños causados por las tormentas. Es una forma de jugar con las necesidades de la mayoría de población empobrecida, transformándolas en objetivos electoreros.