FOTOGRAFÍA DE ESTEBAN BIBA

El 3.2% de la humanidad se ha visto en la necesidad de salir de sus respectivos países, las causas son tan diversas que abarcan crisis económicas, políticas, de seguridad interna y conflictos militares con otros países e incluso dictaduras o de quienes se trasladan a vivir a otros países buscando un mejor clima o un paisaje agradable. La realidad es que la mayor parte de los que migran lo hacen por necesidad, nadie está deseando alejarse de su familia y amistades a no ser que lo haga por urgente necesidad.

 

De Guatemala cada día salen miles de connacionales buscando un mejor futuro, viajan enfrentando todo tipo de problemas y pasan por México, para llegar a Estados Unidos, enfrentando en ambos Estados el peligro de ser capturados y deportados en el mejor de los casos, en el peor, los peligros que representa el territorio guatemalteco en la frontera norte y México debido al surgimiento de grupos del crimen organizado que se aprovechan de la necesidad de migrar.

 

Estados Unidos busca la manera de frenar ese flujo humano hacia su territorio, pero se sigue descuidando una de las causas principales que generan ese movimiento de personas, siendo la pobreza y exclusión, la falta de oportunidades y a ello se ha sumado más recientemente la violencia que se traduce en hostigamiento, amenazas e intimidaciones, en muchos casos la muerte.

Fotografía de Esteban Biba

Estados Unidos debiera invertir en los países emisores de migrantes, de esa manera se generarían oportunidades que harían que la población se quede en sus países.

 

Muchos de los que migran están literalmente escapando de sus comunidades, donde están bajo asedio por parte de grupos delincuenciales integrados por narcotraficantes y maras.

 

Aunque corren peligro en perder sus vidas; lamentablemente, entre los que huyen existe una especie de clase o estrato, pues el trato por parte de los países receptores y por instituciones como el Sistema de Naciones Unidas es desigual, porque si escapan por ejemplo ciudadanos de Ucrania luego de la invasión rusa, van a ser mejor recibidos que si huyen personas de Siria, Irak o cualquier otro país cuya población no es canche como la ucraniana y si tienen el agravante de ser del triángulo norte centroamericano van a recibir un trato menos beneficioso aun.

 

En todo caso el drama de la migración siempre va a ser duro, porque segmenta familias y sociedades, luego de años, posiblemente la persona que partió no volverá a su tierra nunca más.