El 19 de septiembre se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Mordedura de Serpiente con el objetivo de crear conciencia sobre la incidencia mundial de las lesiones por mordedura de serpiente. Además, también se quiere sensibilizar a la población sobre cómo prevenir las mordeduras de serpiente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre 81.000 y 138.000 personas en todo el mundo mueren cada año por mordedura de serpiente y hasta 400.000 quedan permanentemente discapacitadas o desfiguradas, como resultado de ser mordidas por serpientes venenosas. Estas personas muchas veces son discriminadas y condenadas al ostracismo. Además, muchas de ellas no pueden trabajar, pierdes sus ingresos, adquieren deudas y arrastran problemas de salud mental y una mala calidad de vida.

En 2017, la Organización Mundial de la Salud incluyó la mordedura de serpiente a su lista de enfermedades tropicales desatendidas de máxima prioridad y en mayo de 2018, adoptó por unanimidad una resolución que insta a los gobiernos del mundo y a la OMS a abordar problema.

Las serpientes, culebras y víboras viven casi en todo el planeta. Pero se concentran especialmente en las zonas más cálidas. Esto se explica porque los ofidios son animales ectotermos. Lo que comúnmente se conoce como de ‘sangre fría’. Por esta razón necesitan grandes cantidades de sol para que les entibie el flujo sanguíneo.

A ello hay que sumarle a la realidad de que los seres humanos estamos empequeñeciendo la brecha habitacional entre los animales salvajes y nosotros. Invadir sus territorios implica acotar sus hábitats. Por eso se explica que el envenenamiento por mordedura de serpiente sea un problema importante y global de salud. A la vez es uno de los que crece más silenciosa pero sostenidamente. Mientras constituye uno de los menos reconocidos y combatidos. Excepto en las naciones más afectadas.

LA CULPA NO ES DE LOS ANIMALES

Las serpientes y demás ofidios no hacen más que defenderse. No consideran al ser humano como posible alimento. Por lo que sus mordeduras solo responden a su instinto básico de supervivencia. Ya sea que vean peligrar sus territorios, como si se sienten acosadas o son directamente molestadas, su reacción será morder.