Ante el enfriamiento o más bien la tregua que estas fiestas de fin de año le traen a la población, los que inclinan la balanza hacia la impunidad no descansan ni un segundo, y es también por la desesperación que tienen, les urge tener el control, porque saben que el año siguiente sin duda alguna varios nombres estarán en la famosa “lista Engel”. Si no consolidan su plan estarán más expuestos.
Es tal el cinismo, que no les importa exponer al Colegio de Abogados, por supuesto que no es la primera vez que los letrados realizan estas maniobras que atienden las malas intenciones y prescinden de la gobernabilidad democrática, pero es tanto el descaro y desesperación que lo están haciendo a puertas abiertas sin darle importancia a la opinión pública. Con una solicitud de antejuicio por la FECI, la dependencia que más resultados ha tenido respecto a la lucha contra la corrupción, sería una gran vergüenza para el CANG que el 4 de enero el juez Mynor Moto, procurador de la impunidad en Guatemala, tenga un lugar en la CC.
Mientras se celebran los 2020 años de Jesús y los 24 años de la firma de los acuerdos de paz, hay varias personas sin empleo, varios niños en la calle, familias completas sin hogar, desnutrición crónica por todas partes, lo que nos lleva a la conclusión que las dos celebraciones o conmemoraciones no son más que un show que hace que olvidemos que tenemos varios problemas que resolver aún, y que nuestras autoridades prefieren desear feliz Navidad y que la paz sea con nosotros mientras toman parte del desfalco que tiene estancada la prosperidad de nuestro país, ejemplo claro la holgazanería del presidente para las gestiones de la vacuna mientras los hospitales siguen saturados y los muertos siguen en aumento.
Aunque todo movimiento que el pacto de corruptos realiza con celeridad es por el temor al jalón de orejas que el vecino del norte ha refunfuñado, no olvidemos que solo somos un barrilete más que a veces hay que darle hilo o como esta vez, hay que jalarle un poco, compramos falsas esperanzas aun sabiendo que el cambio verdadero para fortalecer la gobernabilidad democrática, promover la prosperidad y ser un país libre, está en nuestras manos.
Que no se nos olvide lo que dijo el ex presidente Juan José Arévalo: “Sabemos muy bien, que cuando recibimos dólares con la mano derecha, con la izquierda entregamos soberanía”.
Wiilmer, no sobredimensionar eso de «democracia». Es tan solo un vericueto que permite a la élite nacional que sus estúpidos elegidos puedan gobernar a su propio beneficio a cambio de las migajas recolectadas de impuestos y «pequeños» negocios fraudulentos, en lo que los tentáculos del inalcanzable poder de «los jefes», siguen adueñandose de las riquezas que producen con tierras e industria… y comercio. Y eso no es todo. Hay otros poderes y dueños encima de los nacionales. Citando algo… «ni una hoya del árbol se mueve sin su voluntad»
Willmar. Solamente puedo agregar. Gregarismo es fuerza. Salir solos, «inventando otra limonada» es desgranar la mazorca. Hablando de nuestro continente (para simplificar), el modelo nacionalista, no excluyente, ascendista (primero los de abajo, sin quitar a los de arriba), anti: corrupción, privilegios, lujos y excesos, impunidad, y todo lo que tienda a favorecer la nefasta plutocracia, lo tenemos en nuestro hermano vecino del norte. Lo que realmente falta entre nosotros es un personaje con liderazgo idóneo y real, alguien que conozca al pais de pe a pa, sus etnias, incluso las blancas y «mestizas» dominantes, que sea lo suficientemente honorable y justo. ¿habrá alguno como Andrés Manuel López Obrador? que bueno seria, pero o están muertos, o no sacan la cara, o no han nacido. Todo lo demás, es papel y letra muerta. La verdadera Constitución hay que irla definiendo en el proceso de esa transformación. Pero fortaleciendo el modelo con el modelo republicano mexicano. Cosa difícil para el clasismo y oscurantismo nacional. Con el debido respeto.