Al igual que a nivel nacional se acerca la fecha de las elecciones, también están a la vista las elecciones para dirigir este órgano de tanta influencia en la vida pública del país, siendo un microcosmos del acontecer nacional pues en un ente con más de 40 mil afiliados hay 8 planillas que se disputan el poder.
El Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (Cang), tiene una incidencia inusitada en la vida ciudadana del país , ya que participa en la elección de las Cortes, del Fiscal General, Instituto de la Defensa Pública Penal, elección de autoridades de la Universidad de San Carlos, Rector, Decano de la facultad de Derecho de la Usac, por eso es importante la elección en dicho cuerpo y además, que el Colegio ha sido y debe continuar siendo un orientador de la opinión pública aunque esto último se ha perdido con la llegada de profesionales que únicamente se han servido de la institución sin una verdadera visión de servicio al gremio obviando su responsabilidad constitucional.
En efecto, en el artículo 90 de la Constitución Política de la República de Guatemala, quedó establecida la colegiación profesional obligatoria, con fines de la superación moral, científica, técnica y material de las profesiones universitarias y el control de su ejercicio y es necesario que se respete el postulado constitucional y lograr los fines que dejamos plasmados los Constituyentes.
Es tiempo de cambiar, que no sigan siendo los mismos los que detenten el control del Colegio, sobre todo que hay cerca de cuarenta mil colegiados, no sólo abogados, sino también profesionales de las ciencias afines que han quedado en el olvido, convirtiendo este colegio profesional en el más grande de todos y con la mayor influencia en la vida nacional gracias a la delegación puesta en sus hombros por la Constitución Política de la Republica.
No es posible que un órgano de tal magnitud sea controlado mediante votaciones donde participa menos del 10% de los agremiados, con menos de 4 mil votos totales las planillas han vencido en las ultimas décadas, poniendo así de relieve lo que es la inadecuada representación de minorías. Es necesaria la participación de mas profesionales, especialmente los jóvenes en el proceso de selección de autoridades. Haciendo un parangón, es como que, si a nivel nacional se eligiera presidente y diputados con apenas 500 mil votos totales, es decir ante la total apatía de la población.
El Colegio de Abogados debe volver a ser una institución respetable, no sólo en el control del ejercicio de la profesión, sino que también debe de hacer pronunciamientos que sean guía para nuestras autoridades, sobre todo en el ámbito judicial y político, tal como los Constituyentes de 1985 lo esbozamos.
El Colegio es un laboratorio de lo que sucede a nivel nacional, donde hay grupos de poder de diversos colores y hasta sabores, sin embargo, el denominador común es que no hay sangre nueva a excepción de una planilla conformada por jóvenes abogados de diversas partes de la república, mostrando igualmente el fenómeno nacional del total desinterés de los jóvenes por la participación. Un abogado joven prefiere hacer una escritura en vez de acudir a votar dentro del colegio que lo representa.
Insto a los profesionales que profesan esa religión que es el derecho a que voten por la planilla en mención, conformada con jóvenes con una visión distinta y hacia futuro, ya que después de todo, pronto los viejos no estarán y sin ellos el desprestigio lo acarrearan los jóvenes sin posibilidad de deducir responsabilidades a sus antecesores.