El Tribunal de Mayor Riesgo “D”, presidido por el juez inquisidor Walter Mazariegos, mandó al caño la propuesta de reparación digna disparada por Procuraduría General de la Nación, para que el criminal de cuello blanco, Jaime Aparicio, empresaurio de profesión, condenado por el delito de cohecho activo en el caso “Construcción y Construcción”, desembuche 8.5 melones de pajarracos verdes pechirrojos al Estado guatepiorteco en concepto de resarcimiento. Dicha cifra se asemeja al monto de las coimas que Jaimico habría transferido a Alejandro Sinibaldi (AKA “Fisiquín”), cuando este siniestro personaje de la política nacional hacía de las suyas como jefe del ministerio de Comunicaciones.

En su lugar, el juzgado ordenole al imputado la donación de una ambulancia al cuerpo de Bomberos Voluntarios, premiando así su carrera criminal, la cual, aunque deleznable y oprobiosa, es parte del folclor sensacionalista que da de comer al gremio fafero. ¿Imagina usted, amable lector, un diario sin noticias exaltantes, sin prófugos de la justicia ni delincuentes de cuello blanco ni soplones quemando a sus secuaces? El mundo tendría menos sal si en vez del titular que acompaña la presente nota, dijera algo así como “Museo de arte moderno recibe afluencia histórica de 70 visitantes esta semana”.

Por supuesto la donación de la ambulancia recibió la abominación de importantes analistas políticos, quienes consideraron inteligentísimamente que tal cosa es un atropello a la democracia y al concepto de justicia. O sea, un insulto a nuestra inteligencia puro y duro… El populacho estalló en las redes sociales, recordándole a sus progenitoras a los miembros del tribunal de las maneras más originales que encontraron, alimentando el círculo vicioso del espectáculo noticioso.