-Aún podemos recuperarla-
La USAC no se perdió el día que impusieron fraudulentamente a Mazariegos.
La USAC comenzó a perderse desde antes, desde que los mejores profesores fueron asesinados o salieron al exilio. Desde que los que quedaron comenzaron a impulsar visiones neoliberales, de enriquecimiento rápido a costa de cualquier tranza, desde que comenzaron a entrar al campus edecanes del partido patriota y similares a hacer propaganda política, desde que comenzaron con cursos para militares y con militares -dizque de seguridad estratégica- pero que en realidad impulsaban prácticas de contrainsurgencia.
La USAC empezó su decadencia alrededor de 1980, con las amenazas de muerte a su Rector, a varios Decanos de Facultades y a muchísimos profesores. Y con la eliminación física de muchos universitarios. El último Rector digno y preparado fue Saúl Osorio Paz. La política contrainsurgente del Estado fue la causante de este descalabro intelectual. Y posteriormente, la historia se fue poniendo en contra de la Universidad, hasta llegar a 1996 donde inicia su cooptación política e ideológica en un marco de Universidad Estatal Neo-liberal. Eso fue ya en el tiempo del Rector, ministro de educación pública, diputado y Secretario del Congreso, Eduardo Meyer.
En términos estructurales la oligarquía, el ejército y las estructuras paramilitares han sido siempre las causantes de la decadencia del país y sus instituciones, entre ellas la USAC y el mismo ejército. Pero en términos cotidianos, no solo a eso tres poderes se les puede responsabilizar, la responsabilidad recae en el mismo pueblo, pasando por su organizaciones, asociaciones, sindicatos, colegios profesionales, organización insurgentes, hasta sus mismos hijas e hijos, es decir todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de pasar por sus aulas y no hemos dado la talla que las circunstancias ameritan y no solo históricamente, sino en la propia coyuntura. Permitimos que los grupos mafiosos se fueran consolidando en varias facultades y tenemos como resultado lo que hoy pasa. No podemos dejarle solo la responsabilidad a quienes cometieron el fraude, aquí la responsabilidad es pareja.
La cuestión es que no somos capaces de una autocrítica, no somos capaces de aceptar en lo más mínimo que hemos cometido errores y en ese sentido es extremadamente complejo salir de donde se ha llevado a la Usac y al país.
Pero no todo está perdido, la USAC aún está en disputa, aún es posible recuperarla para el pueblo, pero requiere de mucha unidad, organización y lucha.
#ElFraudeSeCae
* Este texto se armó con la colaboración de Byron Garoz. Contiene líneas de pensamiento de Chua y Orellana.