El pasado miércoles 18 de noviembre, diputados aprobaron a puerta cerrada un presupuesto que además de incluir una deuda pública, éste no responde a las principales necesidades de la población para una vida digna y segura. Ésta artimaña nos lleva a repudiar la orden del día ubicada en ministerios y congreso, la cual obstaculiza que nos lleven hacía el progreso.

Fotografía de José Orozco
¿Seguiremos permitiendo estas perversas acciones? Para dar respuesta a mi pregunta, redirijo la mirada a la educación como un acto social y un quehacer político, como bien lo decía Freire.
En nuestra realidad nacional el cuestionamiento social y político ha venido siendo coartado por diversas entidades de poder, priorizando a la escuela como sistema autoritario, antidemocrático y dogmático, que nos obliga a no cuestionar y callar, desde una educación vertical que no promueve espacios socializados de convivencia crítica y constructivista.
Desde mi experiencia educadora partiendo de lo importante que ha sido desaprender prácticas repetitivas y conductistas en mi rol de estudiante y profesora, me atrevo a decir que como estudiantes se nos ha negado la posibilidad de preguntar, no sólo en el proceso educativo, sino en la vida cotidiana, en toda la vida cultural, porque en las estructuras de poder tradicional vigentes, la pregunta se convierte en subversiva. Que como educadoras y educadores nos seguimos prestando al juego de poder, llenando cabezas con discursos colonizados, retrógrados y patriarcales.
El aquí y el ahora
Hoy es un buen momento para confrontar estos actos viles que confabulan con el régimen del poder y la autoridad, reconociendo la sumisión y la cultura del silencio como una herramienta de validación. Priorizar el arte de pensar y de preguntar para abrir una posibilidad a la verdad, a balancear el peso objetivo de la opinión antagónica, a cuestionar y confrontar todo aquello que atente contra la dignidad humana, contra el pleno desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
Quien no hace preguntas no es porque se haya vuelto tonto, sino porque no necesita saber. Para poder preguntar hay que querer saber, esto es, saber que no sabe.
Georg Gadamer
La pregunta como eje medular gritada en las manifestaciones comunes del aquí y el ahora, es…
¿Dónde está el pisto?