La incertidumbre reina en el ambiente. ¿De verdad viene la tercera guerra mundial? ¿Habrá consecuencias para nosotros a esta distancia del conflicto? ¿Podemos hacer algo? ¿Incide acá una tierra tan lejana?
Inicialmente mi percepción es que no habrá ninguna consecuencia directa, todo será a través de las ondas de choque resultantes en el ambiente político mundial, así como los mercados financieros, resultado de las sanciones que ya iniciaron en contra del sistema financiero ruso, que en última instancia incidirá en que no habrá forma de pagar los bienes importados de Rusia hacia Guatemala, ni los bienes guatemaltecos exportados a esa nación, así como represalias contra quien desafíe dichas sanciones, igual que el castigo contra quienes tienen relación comercial con Cuba o Irán.
Todos tienen en mente el incremento al precio del gas y el petróleo. Sí, es cierto, sin embargo, no tomamos en cuenta que los productores de la OPEP, con el precio del barril arriba de $100 tienen un gran incentivo para aumentar la producción. Arabia Saudita, Venezuela o Noruega ven una oportunidad para incrementar su producción, ya que la capacidad instalada no está siendo utilizada al 100%, con lo que basta abrir la llave del pozo para que puedan vender más petróleo o gas, hinchando aún más sus arcas en lo que en los últimos 50 años ha sido la transferencia de riqueza más grande de la historia de la humanidad, incluso mayor que la transferida de América a Europa durante la época colonial.
Por lo que no veo un aumento del precio del petróleo más allá de $125 por barril, precio inferior al ya vivido durante inicios del siglo XXI. Por supuesto los mercados hace ya semanas ajustaron sus previsiones por lo que el golpe ya lo estamos sufriendo, tal como lo vemos en el desesperado intento de subvencionar el consumo de gas propano, iniciativa totalmente fracasada.
Lo que sí debe hacerse es la supresión del inconstitucional impuesto a la distribución de combustibles que ya fue declarado de dicha manera por la cuarta magistratura de la Corte de Constitucionalidad, que, sin embargo, debido a una argucia legal del congreso que volvió a decretar dicho impuesto tras haber sido declarado inconstitucional, aún permanece en vigencia, violando el precepto constitucional de la no existencia de la doble tributación, ya que los combustibles pagan además el IVA. Es tan productivo dicho impuesto para la SAT que todo el esfuerzo gubernamental va dirigido a mantenerlo, aunque sea en contra de los intereses de la mayoría.
Mientras la percepción sea que viene un aumento en el costo de la energía ya estamos viendo los primeros intentos de escudarse en la guerra como motivo para aumentos injustificados, tal como el aumento de 25 centavos en el pan, con el pretexto de que el aumento de los combustibles provocará dicho resultado. Sin embargo, esa no sería la verdadera causa del aumento del pan, aunque sí el hecho que el 30% del trigo mundial se produce en la región del Cáucaso ruso y ucraniano, por lo que sí es previsible una escasez de dicho producto a nivel mundial, con la consecuente elevación del precio en los mercados de “commodities”. Ucrania en guerra sin poder producir el trigo y Rusia sancionada sin poder venderlo si es un escenario probable, por lo que el gobierno debería estar ya pensando en una segura escasez de pan y aumento de su precio, lo que provocará bastante descontento social. Además, debe el gobierno guatemalteco adelantarse y cerrar la mina rusa del Estor, ya que independientemente de la ideología, el simple hecho de exportar a Rusia será sancionado por los EE. UU. y Unión Europea, poniendo en peligro nuestros tratados comerciales con ellos. Así que ojo con este tema.

Vladimir Putin, presidente de Rusia.
En otro campo sí habrá múltiples efectos y es en el área política. Ante la incapacidad manifiesta de los EE. UU. en poder afectar los acontecimientos desde la guerra de Siria, tanto Rusia como China han tomado nota del declive del liderazgo mundial de la considerada primera potencia mundial, agravado por el aislacionismo impulsado por Trump, lo que nos ha llevado a este punto donde Putin en su papel de último Zar de Rusia, ha devuelto el orgullo al oso ruso como héroe de la madre patria, devolviéndole su lugar como un imperio euroasiático capaz de enfrentar al mundo y para bien o para mal, será recordado como un hombre de acción y no de palabras, significando la muerte de la diplomacia del megáfono y la política del tweet de los EE. UU.
Y desafortunadamente para nosotros, nuestros pseudo líderes tomarán nota y actuarán acorde a esta percepción…