Fotografía de Esteban Biba

El pasado miércoles el vicepresidente Willy Castillo pidióle a la ONU traer a tres relatores de esta entidad internacional a ver el paraíso en el que se ha convertido Guatemala. El fin de esta diligencia sería verificar cuál es el estatus de las garantías constitucionales en el país. A propósito de que los relatores encuentren violaciones sistemáticas a los derechos humanos —lo cual no extrañaría a nadie con más de dos dedos de frente—, el vicepresidente expresó: “eso es lo que se tendrá que verificar y es parte de lo que los relatores nos tendrán que sugerir”. El vicepresidente parece olvidar que hizo dupla presidencial ni más ni menos que con un acusado de haber cometido delitos de lesa humanidad, “permitiendo” matacingas en cárceles guatemaltecas durante su gestión como jefe de Presidios: Alejandro Giammattei.

“Todo lo que sume a la gobernabilidad y a la protección de los derechos humanos de los guatemaltecos siempre será bien recibido y, desde [el] gobierno, esperamos que se tomen en cuenta las sugerencias y recomendaciones”, dijo Willy.

En una carta dirigida al Relator Especial sobre la independencia de Magistrados y Abogados de la Organización de Naciones Unidas, Diego García-Sayán, el vice hizo referencia a la integración y la elección de las cortes más importantes del sector de Justicia del país. Hizo una genuflexión metafórica y solicitóle a dicho relator visitar este rebonito país y ver las condiciones en que trabajan los magistrados, jueces y apéndices de estos, haciendo hincapié en que las recomendaciones emanadas en la relatoría podrían fortalecer el sistema de justicia guatepiorteco.

En otra carta, dirigida a Mary Lawlor, relatora especial sobre la Situación de Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos de la ONU, Willy le pidió ponerse la mano en la consciencia y venir a conocer las condiciones de trabajo de los defensores —mejormente conocidos con el peyorativo “vividores del conflicto”— y el papel de las instituciones relacionadas con la seguridad y los derechos humanos.

Fotografía de Esteban Biba

La última carta, era una invitación a la relatora especial sobre la Promoción del Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión del Organismo Internacional, Irene Khan, para venir a diagnosticar las condiciones de trabajo del gremio fafero, editorialistas y medios de comunicación.