Empiezo esta columna con esa frase cuya autoría se desconoce, pero que resume perfectamente el contraste ocurrido durante las dos últimas semanas en el país, primero la policía estuvo ausente cuando un grupo de exmilitares causaban graves daños a bienes patrimoniales privados y a la infraestructura del Congreso de la República mientras demandaban el pago de unas prestaciones.
El segundo hecho ocurrió unos días más tarde, cuando un grupo de campesinos realizaban protestas contra la minería debido a que en ese municipio se produce la extracción de minerales cuyo contenido exacto se desconoce, pero causando un daño irreparable al medio ambiente, esto ocurrió en el municipio de El Estor, Izabal, en este caso las fuerzas de seguridad movilizan cientos de agentes de la Policía Nacional Civil y militares, estos últimos armados con equipo de guerra.
La forma en que actúan contra las personas que protestan en El Estor genera preocupación, porque lo hacen con mucha fuerza y brutalidad, abusando de los derechos de las personas, sin importarles que algunos de los que manifestaban eran personas de la tercera edad, algunos de ellos tienen 80 o más años entre ellos mujeres y niños.
Las fuerzas de seguridad tienen el derecho y la obligación de garantizar la seguridad para todos los habitantes de este país, sin importar su extracción de clase, posición social, vínculos sociales o lugar en que ocurren los hechos, pero lo que debe estar claro es que no deben actuar parcialmente, debido a que ello podría provocar violación al mandato que legalmente tienen.
La naturaleza de la lucha es diferente, en tanto que en El Estor la lucha es por la comunidad, el país y la naturaleza, lo ocurrido en el Congreso de la República estaba encaminado a satisfacer intereses individuales de quienes prestaron su tiempo al ministerio de la Defensa. Esta dependencia debiera destinar sus recursos al pago de las demandas económicas de quienes fueron sus trabajadores, no debiera trasladarse al Estado esa obligación.
Ojalá y se produzca la investigación correspondiente y profunda, para determinar responsabilidades por lo ocurrido durante estas últimas semanas.

Fotografías de Danilo Ramírez